CAMBIO DE CINTURONES EN LA MONTAÑA
El sábado 03 de julio, los Guerreros de la Escuela Equinoccio partimos hacia las montañas de Rumibosque, en una de nuestras habitales aventuras. Como en otras ocasiones este periplo estuvo lleno de emociones y circunstancias que pusieron a prueba el temple, coraje, entrega y decisión de cada uno de nosotros. Una vez más quedó demostrado que los límites son barreras autoimpuestas que existen sólo en nuestra mente y que está en nosotros el superar paradigmas y dar esos pequeños pasos que nos conducen hacia el crecimiento personal y colectivo.
El domingo fue un día repleto de alegrías y satisfacciones. Las imponentes montañas y quebradas contemplaban como mudos testigos, la sencilla pero muy emotiva ceremonia que se desarrollaba al borde de un abismo.
Uno a uno mis hermanos caminaron por la áspera roca para ubicarse frente al Sensei Arturo García y, tras unas significativas palabras, recibieron el cinturón que representa el camino que han recorrido. Este símbolo, más que indicar jerarquías, señala el crecimiento espiritual, físico y humano que hemos experimentado. Los distintos colores van marcando la forma en que evolucionamos y el nudo con que se ata el cinto, es la expresión de nuestro centro y fuente máxima de energía (ki), el Hara.
Hemos sido bautizados por la naturaleza, las aguas de magníficas cascadas lavaron nuestros cuerpos, el silbido helado del viento sacudió nuestra mente arrasando los prejuicios y problemas que la atormentaban, la energía inagotable del sol renovó nuestro espíritu e incluso las gotas de una pertinaz llovizna nos recordaron que vivimos en el aquí y ahora ya que todo lo demás es sólo una fantasía.
LLegamos unos y salimos otros ... gracias hermanos míos por ese día y por todos los que hemos vivido juntos y sobre todo profunda gratitud a nuestro Maestro y VERDADERO amigo Arturo, por guiarnos para encontrar el camino y encontrarnos a nosotros mismos...
Sin él nada de esto hubiera sido posible.
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